Recientes estudios de prospectiva energética mundial, indican que la demanda energética crecerá un 60% hacia el año 2030, hecho que provocará una demanda de 325 millones de barriles de crudo anuales en lugar de los 180 millones actuales. Esta perspectiva plantea, resolver un difícil problema en el trazado de políticas energéticas, para un horizonte de 20 años, que permitan satisfacer la anunciada demanda y disminuir drásticamente la generación de gases responsables de provocar alteraciones altamente negativas, en el ecosistema, como los originados por el efecto invernadero.
En ese encuadre resulta un imperativo sustituir al máximo la combustión de las reservas energéticas fósiles como forma de satisfacer nuestra necesidades energéticas dado que las mismas contribuyen a la emanación de los mencionados gases en el orden de un 40%.Entre los recursos energéticos desarrollados hasta el momento que pueden ir sustituyendo el uso de las reservas energéticas fósiles, la generación nuclear surge, por su capacidad y confiabilidad, como muy apropiada para que junto a la energía hidráulica y eólica, facilitar un profundo cambio en la ecuación energética.
En esa orientación se puede observar una franca tendencia mundial para incrementar la generación núcleo eléctrica, así, mientras en el 2004 la generación nuclear fue de 2618,6 TWh anuales, 16 % de la generación mundial, en el 2005, las centrales nucleares en operación en el mundo alcanzaron las 440 unidades y según un informe de los estados miembros de la IAEA, se dice que la generación núcleo eléctrica alcanzó entre los 3055 y 3659 TWh anuales, para ubicarse en el 2030, en 33115 a 44753 TWh/año.
Las anteriores apreciaciones hacen pensar que el mundo se orienta al uso masivo de la energía nuclear como una de las fuentes sustitutas para cubrir la demanda energética futura, junto a la generación hidroeléctrica y eólica.
Avances Tecnológicos en las Plantas de Última Generación Nuclear
La conjunción de las capacidades empresarias institucionales e individuales, han permitido un importante avances tecnológicos en la construcción de las nuevas plantas nucleares, que mejorando la tecnología, sin apartarse conceptualmente, de sus precursoras en operación y adoptando nueva modalidad de construcción, permitieron una importante incidencia en la reducción del costo del kWh generado. Téngase en cuenta que la inversión inicial llego a afectar en el orden del 45 al 75 % en el costo del kWh generado, actualmente la evolución tecnológica permite que la generación mediante las centrales AP1000 y ACR1000, el costo del kWh generado pueda llegar a competir por el generado en centrales a carbón.
Cabe señalarse que también las centrales derivadas de la línea con tecnología CANDU, ACR1000, presentan importantes modificaciones, que disminuyen sensiblemente el costo del kWh generado, tales como el haber bajado el inventario de agua pesada en un 60 %, para lo cual deben operar con uranio ligeramente enriquecido, consumiendo a su vez menos combustible por kWh generado.
Incremento de la Seguridad
Otro aspecto que se vio notablemente favorecido por esta evolución tecnológica son los vinculados, a la seguridad de las centrales nucleares.
Los nuevos diseños se han originado en base a la experiencia aquilatada durante largo tiempo de operación y tienden impedir las fallas de seguridad programadas, encuadrándose en nuevos criterios.
Conceptos de sistemas pasivos han sido aplicados en la provisión de controles para poner en acción importantes mecanismos de emergencia y seguridad como por ejemplo entre otros, el cierre seguro del reactor y la inyección de refrigerante.
Estas reformas evitarán el uso de importantes y complicados sistemas electromecánicos, que requerían en el pasado una preventiva atención permanente.
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